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A medida que los proyectos de construcción se expanden, bien sea por su escala, tamaño o por su nivel de complejidad, aumenta la probabilidad de tener mayores desafíos operativos que pueden ser causados por diferentes factores tales como, la falta de claridad en las especificaciones técnicas o en los requisitos específicos por parte del cliente, la ambigua definición de los roles y responsabilidades, la escasa coordinación entre las partes interesadas, o por no abordarse de manera sistemática temas relacionados con la construcción confiable y segura. Una falla en cualquiera de estos aspectos puede poner en riesgo la ejecución de las obras y generar sobrecostos, retrasos en los tiempos de entrega de los proyectos y deteriorar la imagen de la empresa constructora o del promotor o dueño del proyecto.
Para mitigar estos riesgos y que los proyectos se ejecuten en los términos establecidos de alcance, tiempo, costo y calidad, es muy importante la
supervisión de obras, que permitirá además de cumplir con las anteriores metas, una adecuada interacción de todos los involucrados en el proyecto.
La supervisión de obras no solo resulta útil y enriquecedora durante la ejecución de construcciones como edificios, infraestructura, plantas industriales, oleoductos, poliductos, parques eólicos o redes y plantas de energía, entre otros, sino que también se convierte en una actividad clave, que permite desde fases tempranas realizar una adecuada planeación de los proyectos. Adicionalmente, permite comprender y definir los objetivos, implementar una estrategia para lograrlos, además de dirigir y coordinar recursos para garantizar que se cumplan.
En otras palabras, la
supervisión de obras permite garantizar la adecuada ejecución de las obras en términos de calidad, optimizando el tiempo y recursos empleados durante la ejecución del proyecto, hasta el final del mismo. La supervisión no se trata solo de detectar errores del contratista constructor durante la ejecución de las obra, o peor aún, notificarlos cuando la obra ha sido terminada, por el contrario el supervisor debe convertirse en un actor importante que debe aportar soluciones a problemas que se presentan durante la ejecución y ser un aliado incondicional del dueño o promotor del proyecto.
Como mencionamos anteriormente, uno de los principales objetivos de la supervisión de proyectos, es identificar los problemas y errores antes y durante la ejecución, para evitar la ejecución de tareas con errores o incumplimientos de diseño o normas técnicas. Así mismo, el supervisor o el equipo de supervisión de la obra, deberá coordinar todas las actividades y funciones entre los desarrolladores del proyecto, contratistas y proveedores.
En cuanto más grande y complejo sea el proyecto, el conocimiento y competencias del equipo supervisor debe ser mucho mayor para poder solucionar las diferentes situaciones que un proyecto de ese tipo conlleva.
En líneas generales este grupo de profesionales debe contar con ciertas habilidades técnicas de supervisión, liderazgo, comunicación y delegación. así como conocimiento de los aspectos legales para garantizar la seguridad de los trabajadores, debe tener cierta creatividad para encontrar soluciones rápidas y efectivas a los problemas y sobre todo debe tener un gran sentido de la ética, transparencia y responsabilidad.
El primer paso a adelantar en la supervisión de un proyecto es adelantar una planificación detallada y estratégica. Cuanto más complejo sea el proyecto, se requerirá invertir un mayor tiempo y recursos en la planificación. Un proyecto bien planificado maximiza la eficiencia y proporciona una hoja de ruta del paso a paso para completar las actividades en el tiempo, dentro del presupuesto y con los mejores estándares de calidad.
Durante el proceso de planificación se definen aspectos claves del proyecto, como son: alcance, plazos, personal, materiales, equipos y otros recursos que se necesitan para la ejecución de las obras, se establecen los hitos del proyecto y se definen las directrices para la adecuada coordinación entre el constructor, los contratistas o subcontratistas, el supervisor y las demás partes interesadas. De esta manera todos los aspectos estratégicos y relevantes del proyecto se encontrarán alineados y apuntarán al cumplimiento de los objetivos.
Otros aspectos que deben establecerse durante la fase de planificación incluyen el desarrollo de un plan de seguridad, planes de comunicación y continuidad operativa y la realización de una evaluación de riesgos y su correspondiente plan de mitigación de los mismos.
Una vez comienza la construcción, el objetivo es asegurarse que todos los aspectos del proyecto avancen de acuerdo con los planes tanto como sea posible. Por lo general, un proyecto pierde su rumbo por una serie de factores que generan retrasos y sobrecostos. De acuerdo a un
estudio de McKinsey & Company, el 98% de los proyectos de construcción se exceden del presupuesto y el 77% de ellos sufre retrasos importantes por:
Los procesos de toma de decisiones no tienen la velocidad y oportunidad requerida.
Las inconsistencias que se presentan en comunicaciones o informes, generan falta de entendimiento por parte de los subcontratistas, contratistas y propietarios.
Los problemas no resueltos oportunamente se acumulan e influyen negativamente en el cumplimiento de las metas del proyecto.
El equipo de adquisiciones generalmente negocia el contrato y esto muchas veces resulta ser un proceso denso y complejo. Como consecuencia de lo anterior, es posible que los directivos del proyecto muchas veces no tengan claro cómo proceder por falta de entendimiento del contrato.
Hay diferentes niveles de planificación, desde la preparación de alto nivel hasta los programas del día a día. Si el trabajo diario no está terminado, los programadores deben tener la información para poder actualizar los avances en tiempo real y así poder tomar decisiones a tiempo sobre nuevas prioridades y nuevos planes de trabajo.
En general, las empresas son buenas para comprender lo que debe suceder en los próximos dos o tres meses, pero no tanto para planificar la próxima semana o dos, como resultado de lo anterior, se pueden presentar reprocesos o ejecuciones ineficientes de tareas.
Se debe realizar una adecuada evaluación de riesgos y durante la ejecución se debe monitorear en todo momento aquellos riesgos que se materializan, así como el cumplimiento en la implementación de su plan de mitigación.
Se debe hacer un adecuado proceso de selección de personal con el objeto de asegurar que se cuente con las mejores personas para cada trabajo.
Para monitorear de forma adecuada un proyecto, es importante analizar cuidadosamente los informes de progreso diarios, vigilar el presupuesto y el cronograma y gestionar los riesgos, con un alto nivel de atención a los detalles.
Una buena comunicación puede mejorar el trabajo en equipo y conducir a una mejor colaboración en el proyecto, mientras que una deficiencia en este aspecto puede resultar en malentendidos, retrasos y problemas que impactan significativamente al proyecto en el corto, mediano y largo plazo.
Los métodos de comunicación para tareas específicas y el intercambio de información deben establecerse al principio del proyecto y ser acordados por todas las partes interesadas.
Así mismo, los documentos del contrato, incluidos los planos, las especificaciones, los formularios de órdenes de cambio y las solicitudes de información y los informes de progreso, deben ser la base para establecer una adecuada comunicación durante el desarrollo de la construcción.
Por lo anterior, es de suma importancia que cualquier comunicación directa que no se describa en los documentos del contrato sea correctamente divulgada, reciba la autorización adecuada y que cualquier cambio en el alcance y/o en el cronograma y/o en el presupuesto se documente y se informe a través de los canales pertinentes.
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El término “colaboración” no solo hace referencia a que todos los involucrados y partes interesadas en el proyecto realicen las tareas a tiempo, esto implica también construir una relación entre las partes basada en la confianza y respeto para cumplir exitosamente con los planes y objetivos establecidos. Es cooperar y coordinar esfuerzos para mejorar la productividad.
Una manera efectiva de lograr una buena colaboración, es que los miembros del equipo participen en la etapa de planificación, además de compartir ideas y experiencias en resolución de problemas y logística.
La colaboración va de la mano de una buena comunicación y de mantener a todos juntos en la misma página. Gira en torno a confiar en todas las partes y valorar sus aportes como miembros integrales del equipo.
Con estas recomendaciones lo que se busca es que todas las tareas y actividades que se deben llevar a cabo durante el proyecto estén acopladas a la rutina del día a día.
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Meta: El Supervisor de proyectos, no solo garantiza una adecuada ejecución de las obras en términos de tiempo, costo y calidad sino que es que es el mejor aliado del dueño o promotor del proyecto.
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